El objetivo es evidente tergiversar la información, trasmitir dudas.
Le llaman "efecto boomerang" y es muy publicitario.
Ha llegado a mis manos un artículo basado en un supuesto estudio titulado:
"Cuando el mensaje desencadena un efecto boomerang"
Lo firma Lisa Bolton, profesora de márketing.
Las campañas de productos para el abandono del tabaco no les gustan nada e intentan deslegitimizarlas.
El plan es trasmitir dudas sobre la eficacia y legitimidad de las campañas de productos para la cesación tabaquica y el camino es que anunciar antidotos lleva consigo un descenso de la percepción de riesgo.
La definición de la conclusión es falsa.
Los mensajes de antidotos no dañan las percepciones de peligro, ni aumentan la intención de poner en práctica un comportamiento de riesgo.
La percepción de riesgo no depende de un mensaje exclusivamente, tiene más que ver que un global de vida. Un ejemplo sencillo si un familiar cercano ha fallecido por una enfermedad causada por el tabaco se supondría que deberíamos tener una percepción mas acusada pero ni eso es cierto.
Percibir que las personas que fuman deben ir al exterior es más vivencial y trasmite mejor el mensaje que "EL HUMO DE TABACO ES ENFERMEDAD" que todos los mensajes escritos, oidos o vistos que podamos trasmitir, se vive.
Y por otra parte:
Un estudio sin grupo basal o de control, una evaluación sin escalas ni medidas objetivables, basada en la interrogación directa pero sin saber cual es la pregunta y otros condicionamientos del "SUPUESTO ESTUDIO" es de todo menos interesante y científico.
Por no hablar de los conocimientos previos, ni de las actitudes previas, ni la situacion personal de los componentes, etc.
Pero como decía en un principio la conclusión es muy llamativa y publicitaria. EFECTO BOOMERANG.
R.J.NIETO
19 enero 2008
Manipulación tabaquera. ¿Efecto Boomerang?
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2 comentarios:
Hace tiempo que llegué a la conclusión de que las supuestamente casi insuperables dificultades psiquicas que impiden dejar de fumar, no son más que una especie difundida por el marketing de las tabaqueras a fin de desalentar a quienes quieren dejar de fumar.
Si se quiere dejar de fumar, se puede, usando exclusivamente la voluntad. Ninguna otra supuesta técnica sirve para nada. Simplemente hay que estar convencido de que uno quiere, debe y puede dejar de fumar.
Quien esto escribe fumó durante 20 años, y cuando lo dejé estaba consumiendo tres paquetes de cigarrillos rubios diarios. Un día dije basta, y yan han pasado 15años sin volver a probar un cigarrillo. Les aseguro que no sufrí ni siquiera el primer día que pasé sin fumar, al contrario, desde el primer momento me sentí liberado.
De verdad que si se quiere, se puede.
Hay que admitir lo que es los licores y alcoholes tienen sistemas de marketing tan avanzados que aunque han disminuidos sus anuncions televisados siempre llegan al público.
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